Os presento a un gato feliz. No sé dónde vive ni con quién. Lo único que sé de él es que cada verano, cuando voy de vacaciones a Campello y me doy una vuelta por la parte del puerto, está ahí, tomando el sol en algún banco o mirando como pesca la gente. Lo reconozco porque tiene una muesca en la orejica, y el verano que no lo vea me voy a preocupar...
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